Texto

Una niña.

Vive en su intimidad rosa, en la que se encierra a menudo para crear cuentos negros.
Una princesa lechosa
con el monte de venus sin pelar, sin agitarse.

Intacta, infantil, amarga.
Tan lánguida.
Una voz espumosa pero inquieta se apaga en su garganta cuando habla con quien no acostumbra.

Mira y sonríe.
Se atreve.
Capta algunas, no todas ¿O es el triste consuelo de mi imaginación, ante los años de ventaja con que la supero? ¿Es la mierda en la suela del zapato limpio, que yo veo y ella no? ¿La intuye?

¡Idiota! (soy)

La rodea una burbuja pomposa de vete tu a saber qué. Pero es la nula precocidad que yo esperaba en ella, la que la impide caminar a ciegas ...
Me gustaría penetrar esa burbuja hasta que reventase. Enseñarla a cerrar los ojos y cruzar la autopista de su moralidad correosa.
Aunque fuera para que marchitase un poco su dulzura. (Si no lo ha hecho alguna vez ya)

¿Qué escribe una princesa que nunca ha besado a un sapo?

Gilipolleces seguramente...


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1 comentarios:

Israel dijo...

Que piropeada se debe de sentir.